Cuentan que hace algún tiempo, cerca del barrio Sandino, durante la noche rondaba una pareja de brujos convertidos en animales, uno se transformaba en mono y la otra en cerdo, esto con el propósito de entrar a las casas a hurtadillas y robarse lo que pudieran.
Se rumora que, cuando todo el mundo dormía, los brujos hacían sus oraciones para desprenderse de su piel humana y transformarse, uno en mono, para subirse a los árboles y vigilar a las personas que dormían, la otra en cerdo, para poder cargar las cosas robadas.
Dicen que una noche una chancha husmeaba en una casa del barrio, el dueño se despertó y le lanzó piedras hasta darle en una pata trasera, la chancha chilló y salió corriendo.
A la mañana siguiente, la señora tenía su pie envuelto en mantas y cojeaba, lo que hizo pensar a todos que era la chancha en su forma humana.
Pero estas son leyendas, cuentos de camino, que todas las noches las personas del barrio Sandino contaban a sus hijos para que no salieran tan tarde de sus casas… y sin embargo algunos insisten en que son ciertas.